jueves, 19 de noviembre de 2009

Angel adolorido


Alguna vez fui un Ángel de Luz
hasta que alguien me cortó las alas
con dos palabras nacidas
de sus más profundos miedos.

Con toda su sevicia y un placer
morboso brillando en su mirada,
levantó una daga dejándola caer
hasta perforar mi alma por la espalda
como el amante cobarde
que siente vergüenza de sí mismo
sin mirarme a los ojos
dejando rodar dos lágrimas
y con un falso arrepentimiento
temblando al borde de sus labios.

Entonces fui
por un brevísimo instante
un gran mounstro
que miró cara a cara el odio
que no era otra cosa
que todo mi amor a la inversa;
ese dolor aciago
que trae a cuestas la mentira y fue tan oscuro
que no podía ver nada más,
pero aún podía escuchar…el bisbiseo del rayo
verdela voz del viento y la montaña,
el rumor de la lluvia al amanecer,
la melodía del ruiseñor en el ocaso
el arrullo del canto de mi padre
el susurro del amor de mi madre
y recordé entonces que sabía volar
y extendí mis nuevas alas
como el Angel que fui y vole lejos de ti.

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