Alguna vez fui un Ángel de Luz
hasta que alguien me cortó las alas
con dos palabras nacidas
de sus más profundos miedos.
Con toda su sevicia y un placer
morboso brillando en su mirada,
levantó una daga dejándola caer
hasta perforar mi alma por la espalda
como el amante cobarde
que siente vergüenza de sí mismo
sin mirarme a los ojos
dejando rodar dos lágrimas
y con un falso arrepentimiento
temblando al borde de sus labios.
Entonces fui
por un brevísimo instante
un gran mounstro
que miró cara a cara el odio
que no era otra cosa
que todo mi amor a la inversa;
ese dolor aciago
que trae a cuestas la mentira y fue tan oscuro
que no podía ver nada más,
pero aún podía escuchar…el bisbiseo del rayo
verdela voz del viento y la montaña,
el rumor de la lluvia al amanecer,
la melodía del ruiseñor en el ocaso
el arrullo del canto de mi padre
el susurro del amor de mi madre
y recordé entonces que sabía volar
y extendí mis nuevas alas
como el Angel que fui y vole lejos de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario